El amor se ha ido. Ah! Mi amor se ha ido. Se ha ido sin una mirada atrás a lo largo del camino estrecho que conduce al bosque de arces, partiendo hacia el verde de la montaña. El antiguo juramento que una vez fue firme y radiante como una flor de oro ha volado por la brisa de los suspiros, rota en mil partículas frias. La aguda memoria del primer beso, moviendo el compas de mi destino, ha desaparecido con pasos hacia atrás. He sido definido por la voz fragrante de mi amada y cegado por la linda cara de mi amada. Desde que además, el amor es un asunto de humanos, tengo miedo de la separación desde el momento del encuentro, pero aún así, la partida llego sorpresa y mi delicado corazón está explotando con nuevas penas. Pero conociendo bien que la vena que se desgarra al partir minaría nuestro amor, he vertido la fuerza de esta inconsolable pena en el pozo de la esperanza. Al igual que tememos la despedida desde el encuentro, también creemos en el reencuentro desde el momento de la despedida. Ah! mi amada se ha ido, pero no he dejado que mi amada se vaya. El tintineo del amor que no puede superar la pena de su suerte, flota sobre el silencio de mi amada. |